Hace tiempo que vengo leyendo diversos libros y artículos sobre los hábitos, hace poco leí “El poder de los hábitos” de Charles Duggih y ahora estoy leyendo Hábitos atómicos. Ambos libros muestran como nuestros hábitos nos definen a nosotros y todo lo que nos pasa (muchas veces mal llamado suerte).
El concepto de como todo hábito por mas pequeno que sea (por ello le llamamos hábitos atómicos) nos afecta al largo plazo se puede comparar con el concepto del interés compuesto, algo que ayuda a entender por que los pequeños hábitos generan una gran diferencia cuando los vemos a largo plazo y también explica por que tendemos a abandonar rápidamente cuando no vemos resultados o a pensar que se requiere un esfuerzo enorme para lograr algo, ya sea correr una maratón, bajar de peso, dormir mejor, tocar un instrumento, etc.
El concepto de interés compuesto nos ayuda a ver cómo haciendo una mejora de tan solo un 1% cada día podemos obtener resultados muy buenos al finalizar el año, para ser exactos podemos ser 37 veces mejores cuando termine ese periodo.
Esto tiene otra implicancia no tan positiva y es que así como se cumple cuando adquirimos hábitos nuevos también se cumple cuando llevamos hábitos negativos. Comer una hamburguesa hoy no me va a generar obesidad ni ningún cambio notorio por lo que puede parecer algo inocente, pero si adquirimos ese habito y comemos hamburguesas dos veces a la semana, al cabo de un par de años el perjuicio va a ser bastante notorio en la salud.
Veamos como todo habito insignificante se comporta a travez del tiempo, para bien o para mal:
Como podemos ver en la grafica al principio existe una meseta importante y esto es lo que nos lleva a abandonar la mayor parte del tiempo, esa necesidad de querer resultados rápidos, de inmediatez, pero como podemos ver es sobre el final del periodo que los grandes cambios se empiezan a notar, solemos creer que el progreso es lineal cuando en realidad es exponencial.
Yo puedo querer entrenar para corer una maratón y ver como por mi estado físico no puedo correr ni un kilometro, puedo seguir intentando durante 6 meses y notar una mejora insignificante, donde quizá este logrando alcanzar los 3 kilometros sin morir en el intento, esta es la meseta de la que habla el libro y en la que todos tendemos a abandonar, sin ver que a ese esfuerzo no le queda mucho para ser exitoso, a tal punto de que si al día uno podemos correr 1 kilometro y logramos mejorar un 1% diario al año estaremos corriendo sin problemas 37 kilometros.
Lo mismo pasa con el ahorro, una pequeña cantidad de dinero ahorrar hoy no nos va a hacer ricos pero esa pequeña cantidad sumada mes a mes y con un interés compuesto es capaz de crecer increíblemente, la clave esta en priorizar el largo plazo frente a la inmediatez.
Los indicadores sobre la calidad de nuestros hábitos atómicos
Los resultados de nuestras acciones son los indicadores del tipo de hábitos que tenemos, por ejemplo, y salvo en caso de enfermedad nuestro peso es un indicador de nuestro hábito alimenticio, nuestro conocimiento es indicador de nuestro hábito de estudio y el orden de nuestra casa es un indicador de nuestros hábitos de limpieza. Siempre en el largo plazo los hábitos que manejamos en nuestra vida nos van a resultar en un indicador positivo o negativo, de eso es imposible escapar, esta en nosotros tomar la decisión de que queremos que suceda.
No nos enfoquemos en las metas si no en el sistema
Enfocarnos en las metas es lo que nos lleva a la frustración, a no poder superar la meseta inicial donde los progresos son imperceptibles, es por eso que solemos gastar dinero en cosas triviales en lugar de pensar en compraran casa, porque por mas que esa sea nuestra intención inicial vemos como pasa el tiempo y seguimos estando muy lejos de lograrlo, abandonando el objetivo antes de empezar a ver los resultados.
Por otro lado conviene enfocarse en los sistemas, en que debemos hacer para que eso se logre, en adquirir los hábitos correspondientes que nos ayuden a lograr el objetivo. Si mi meta es tener un six pack de abdominales es muy probable que abandone el gimnasio en un mes sin embargo si me enfoco en el proceso de ir todos los días al gimnasio es mas probable que adquiera el tan ansiado sic pack, si mi meta es aprender a tocar la guitarra como un profesional de igual manera abandonaría a los tres meses de haber empezado porque probablemente siga sonando bastante errático hasta con las notas mas simples, sin embargo si el foco esta en entrenar una hora cada día de forma habitual vamos a lograr salir de la meseta inicial para alcanzar el objetivo.
Una forma de ver esto es darnos cuenta que tanto los ganadores como los perdedores comparten las misma metas, en una carrera todos quieren ganar, el ganador y los perdedores, pero solemos pensar que la gente es exitosa por las metas que se ponen, que cuando mas ambiciosos somos mas cosas vamos a lograr, cuando no hay nada mas falso que eso, son las cosas que hacemos para que eso suceda lo que nos va a llevar al éxito, normalmente no se ve lo que hay detrás de un medallista de oro.
Me di cuenta de que cuanto más trabajo más suerte parezco tener
Thomas Jefferson
En resúmen, las metas nos hacen infelices
El enfocarnos en las metas nos lleva a pensar que una vez que las alcancemos vamos a ser felices cuando lo que pasa después de alcanzarlas es absolutamente nada ma que una satisfacción momentánea. es por esto que el foco debería ser enfocarnos en el proceso, en el camino, en disfrutar las cosas que hacemos día a día.
Si les parece un tema interesante les recomiendo que escuchen el primer episodio de mi podcast La Mar en Coche, donde hablo de los hábitos atómicos: